Por Manuel LLobet.
En virtud de llevarse a cabo una nueva edición del Festival Jazz a la Calle en Mercedes (el décimo séptimo). Es menester considerar seriamente el tema de las políticas culturales impulsadas por cada gobierno departamental.
La tan mentada expresión “Es lo que la gente pide”, es una de las expresiones más facilistas, conformistas. Aunque peor aún, la misma oficia de rémora a todo intento de llevar adelante alternativas en cuanto a la oferta cultural.
Nos conformamos con una oferta exigua, como publico demandante. Sabedores por ejemplo, de que el género musical imperante, es aquél que “la gente pide”. Y así pasan los años, en un letargo que es funcional a la incapacidad de proponer alternativas, excepciones y/o diversificación de la política cultural. Ya que total… “Es lo que la gente pide”.
En Salto, cada vez que una autoridad pública o un operador privado, gestionan un evento de carácter masivo (o que tiende a la masividad). Siempre es el mismo género musical el “beneficiado”, siempre es la misma grilla, desprovista de alternativas musicales. Con el agregado de que los eventos impulsados desde políticas públicas deberían brindar una oferta variada. 1) Por tender a generar políticas que incluyan a todos los actores de la escena cultural. 2) Porque los fondos que sostienen dichos eventos, provienen de la comuna. Donde suponemos que los gustos son variados.
En 2015 fue la primera cobertura de Salto Sale del “Festival Jazz a la Calle”. Un festival popular de Jazz, sí, así mismo. Donde un género musical que pareciera no etiquetarse dentro de lo que se concibe como “popular”. Ha logrado con el paso de los años, concitar la atención de todos los mercedarios y más allá. Más allá del departamento y de la región. Concita la atención del país y de los turistas que visitan por esta época el centro de nuestro país. Donde en base a clínicas y escuelas precursoras del jazz, se trabaja durante todo el año con los lugareños previamente al evento. Esto sucede, hace ya 16 ediciones. Haciendo énfasis en una política cultural orientada a impulsar este género musical por encima de diferencias etarias, sociales o de gustos. Es un férreo trabajo, que ha permitido “ablandar el oído” de la población previamente. Para que llegado el evento, se comprenda, se sienta, se disfrute. Y lo más lindo… Se perpetúe.
Llegar a la “Manzana 20” (lugar donde se desarrolla la parte central del evento),es toparse con un público variado pero sumamente interesado en oír otro estilo de música. Con un pequeño recorrido por el predio, se puede observar desde gente mayor, parejas jóvenes, barras de amigos, familia s. Todos con algo en especial, las ganas de estar ahí. Muchos de ellos tras haber aprehendido lo que se les mostró, lo que se les ofertó, lo que se les ofreció como política cultural alternativa.
Nadie nace sabiendo o gustando de un género alternativo, si no existen desde arriba las políticas culturales que lo fomenten.
Para aquéllos en nuestra ciudad, que están convencidos de que “Es lo que la gente pide”. Les pido que se den una vuelta por Mercedes, les pido que conozcan y vivan el Festival Jazz a la Calle. Por ahí vuelven con un sonido de saxo, trompeta, o contrabajo en la cabeza, que los hará pensar que existen las alternativas.
